El rincón de Marma

Quizás sea porque echemos de menos nuestro pasado, porque no queremos desprendernos de nuestras costumbres, porque las tradiciones en España están por encima de la sensatez o porque el escarmiento fue tan leve que no aprendimos de los errores pasados. La cuestión es que tal y como hicimos allá por el siglo XVI con las riquezas americanas, estamos volviendo hacer con la fauna propia de este lugar. De un modo u otro, a mi entender, la historia se repite, si antiguamente los Países Bajos y otros países del norte sacaban partido revendiéndonos nuestro oro trabajado a un precio mayor, hoy en día es el resto de países quienes hacen algo parecido con los animales que nosotros vendemos como mascotas.

Me parece o me da la impresión, que muchos de los problemas que tenemos en España, son consecuencia de nuestras malas decisiones, de que no sabemos gestionar bien lo que nuestra tierra da y muchas veces confiamos más en las importaciones solo por el hecho de que venga de fuera. Y es que en cuantas ocasiones hemos dicho con la intención de garantizar seguridad y profesionalidad el “viene de Alemania” o “fabricado en EEUU.” Son esas pequeñas cosas las que hacen que no nos valoremos y nos volvamos más vulnerables, que nos acobardemos frente al poderío internacional y estemos a su merced cuando quieran introducir en el mercado sus productos, a priori y por esa mentalidad, mejores que los nuestros. El caso de las mascotas y especies invasoras, que muchas veces van ligadas de la mano, es algo parecido, en vez de vender animales de nuestra fauna acostumbrados a este clima y que causarían un impacto insignificante, nos empeñamos en traer especies foráneas que sin duda afectan de una manera mucho más grave a nuestra dinámica natural.

Es un tema muy peliagudo el que trato de abordar, pero la idea es dar alguna solución a los problemas que vemos están ocurriendo actualmente. El planteamiento está basado en que la mayoría de mascotas que se venden, no son propias de la fauna ibérica y por tanto son introducidas aposta en nuestro territorio. Curiosamente los individuos que traemos son los que luego copan nuestras quejas e invertimos en poder erradicar, son precisamente las especies invasoras vendidas como mascotas las que reducen muchas poblaciones naturales o destruyen algunos ecosistemas. Está claro que no todo deriva de las especies que están en las tiendas, pero si conseguimos eliminar ese aspecto, estaremos luchando de una manera efectiva contra el problema.

Frente a esto me pregunto ¿Es la tortuga de florida, una amenaza o una especie invasora en florida? ¿son la carpas peces introducidos en la cultura japonesa? O ¿las cotorras aves extrañas en Sudamérica o Australia? No tiene pinta ¿verdad? Entonces ¿porque no hacemos nosotros igual que florida? cogemos a nuestra preciosa tortuga mediterránea, Testudo hermanni, la ponemos a criar y dos pájaros de un tiro, por un lado, si se requiriese, la vendemos y sacamos capital (y que sea problema de quien la compre) y por otro reintroducimos algunos ejemplares en las mermadas poblaciones. Quizás la respuesta al porque no, esté en las dificultades de reproducción en cautividad o mejor dicho a las facilidades de reproducción de las otras especes o a la problemática que cada especie presupone, pero ¿no sería mejor destinar el dinero a planes de cría que a planes de eliminación de especies invasoras? Volvemos a lo de siempre, tenemos dinero y lo invertimos en lo que no debemos, el dicho reza: no demos alimentos, enseñemos a pescar, pues hagamos lo mismo, eliminemos el problema de raíz y no lo maquillemos.

Yo no se hasta que punto es recomendable vender especies de animales que están en peligro de desaparecer, solo por el hecho de que sean autóctonas, tampoco se como aquello puede afectar a la economía del mundo del tráfico de mascotas y si es viable o no, pero tengo claro que mientras se sigan vendiendo estas especies, el problema va a persistir y por tanto en mayor o menor medida va a repercutir negativamente en nuestra fauna.