miércoles, 23 de marzo de 2011
Con forme pasan los días voy afianzando más un pensamiento que ronda mi mente; me da la impresión de que me estoy insensibilizando, de que cada vez soy más frío y no lloro con los demás, no simpatizo con el sufrimiento ajeno y eso ante las cuantiosas muestras de generosidad que pueblan el mundo, genera en mi el sentimiento de que soy una persona cruel y poco social. Pero la verdad es que estoy ya un poco harto de tanta catástrofe natural, estoy cansado de tanta desolación y destrucción, de hecatombes y apocalipsis y lo peor de todo, de que esto ocurra cada dos por tres sin que se haga nada al respecto, porque ¿se puede hacer algo para evitar la furia de la naturaleza? No, claro que no, yo no puedo controlar una inundación (-uff ale ya está, ya me he lavado las manos, a no espera...) y lo siento muy muy mucho, mi más sentido pésame a los familiares de los fallecidos (-ahora si, genial, ¿que habrá para cenar? Tengo hambre.)
Es ese el pensamiento de la mayoría de la gente que, en estos países económicamente superiores, tienen el poder, ¿porque es verdad no? ¿estamos de acuerdo todos con esa reflexión? ¿la naturaleza es un ser superior intocable, al que hay que temer? En fin, seguro que si, seguro que la enorme mayoría que se plantea este tema, piensa eso al respecto, ¡pero hay que darse cuenta de que no! no hay que temer, esa mentalidad es errónea y anticuada. Cierto que cuando no se tenía información el agazaparse y esperar a que la tormenta pasara era la mejor solución, pero actualmente con la cantidad de información que tenemos debemos aprender que a la naturaleza no hay que temerla, si no respetarla y empezar a hacerlo ya, es la clave para que todos estos fenómenos naturales remitan en cantidad y magnitud, porque ante la evidencia de que no podemos evitar el movimiento entre las placas, si podemos con nuestros actos y actividades, paulatinamente volver a una especie de estado sostenible, donde alteremos lo menos posible el medio ambiente. ¿Utopía, ensoñaciones de un idealista, esperanzas de un biológo? Puede que si, ¿pero quien me dice que no es el camino a correcto a seguir?
Es muy fácil destinar de nuestras arcas, generosas cantidades de dinero a los países que sufren las catástrofes y así al ayudar a los damnificados, sentirnos después bien, sentir que ayudamos, que no estamos alejados del problema y que no somos como decía al principio, insensibles con nuestros semejantes. Pero esto no soluciona nada, porque volverá a llover sobre mojado. Desde mi humilde posición propongo que la alternativa sea prevenir antes que curar. No podemos evitar que sucedan desgracias, de acuerdo, pero si podemos preverlas y actuar antes de que ocurran. Es tan sencillo como reconducir el destino del dinero, en vez de emplearlo a reconstruir un pueblo asolado por una inundación, informar, educar, concienciar de que las ramblas no son un lugar habitable, que las laderas donde el sustrato es blando, tampoco es el lugar ideal donde cimentar tu vida, que mire usted, su casa esta justo encima de una falla y en cuando el suelo se mueva se queda en la calle. Todas esas medidas preventivas y muchas más, seguidas de una política sostenible y coherente con el medio ambiente, me parecen una mejor solución que calmar nuestras pequeñas y picajosas conciencias con actos heroicos inservibles.
Está claro que algo ocurre en la tierra. Que las cosas están cambiando, ya no es una hipótesis, ni una teoría, si no un hecho real que se puede demostrar y donde no es necesario hacer actos de fe para concienciarnos de que se está rompiendo el proceso natural. Son muchas las cuestiones que se plantean y de momento muchas las respuestas que tenemos, a pesar de la escéptica visión que algunos científicos tienen al respecto y digo escéptica, por no decir ciega y científicos por no decir papanatas interesados. Señores, no se dejen influir por las alabanzas y bondades de que todo va bien. Las pruebas están ahí, los estudios y los informes en cualquier buscador de Internet, los datos en cualquier mente que quiera entender del tema y las consecuencias a la vuelta de la esquina. Con tal cantidad de evidencias bien documentadas, el no pensar en el cambio, es un grave error y por tanto el no ofrecer la resistencia que se merece es un error aun más grave que la negación.
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Imagen tsunami. |


viernes, 18 de marzo de 2011
Llevamos ya más de medio año intentando acercar un poco de la cultura natural a nuestra sociedad, intentamos hacer comprensibles muchos aspectos que nos rodean y dar la luz a cuestiones que nos intrigan. Por otro lado nuevas especies se han descubierto ante nosotros, algunas ya conocidas y otras sin duda de lo más extrañas. Queremos, por medio de estas publicaciones periódicas, que sobre todo la gente de a pie, sin dejar de lado a los científicos, aprendan algo de todo lo que esta a nuestro alrededor, porque sin duda la mejor herramienta para la conservación es la educación y el mejor medio para llegar a la gente es intentar enseñarles que lo suyo también vale, que es valioso y que debemos protegerlo porque es único en todo el planeta.
Muchas gracias a todos nuestros lectores, Grubial.
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Oryctes nasicornis L. (1758) |


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- Estudiante de biología en la Universidad de Alicante, aunque valenciano de nacimiento. Cofundador de la iniciativa Grubial.
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